Camino de algodones
A veces camino sobre algodones, con cuidado de no hacer mucho ruido, el sol arropa los nidos, dejando su luz en los tejados abiertos.
El silencio del adiós, donde el aire abre paso, y el viento arruga la piel. El pasado barrido por la lluvia de un otoño, sopló las penas como hojas secas, volando hacia el lago donde reposa un cisne.
Las líneas de la mano, señalan la dirección hacia aquel semáforo, que al ponerse en rojo hace acelerar el paso. Se pierden las miradas que se esfuman en dirección contraria.
El cucu del reloj marcando el ritmo de las sonrisas y lágrimas. Se despeja el mar, por debajo de sus olas el horizonte, por donde camina vida.
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