Flores y espinas
Ya no éramos las de antes. Tus brazos crecieron, tu cuerpo ya no me cabe en el regazo. Mi rostro creó surcos por donde transita los ríos del tiempo. Fuiste soltando tus ojos hacia otros, donde explorar otras formas diferentes a la mía. Nuestras manos a veces aún se entrelazan, mientras yo voy aprendiendo a soltarlas. En ellas te entrego un lapicero para poner colores a tu historia. Tus huesos crecen, mientras yo me quedo en los míos. Aquellos que escuchaste vibrar desde dentro, al ritmo de mi respiración. No te olvides el mapa de camino a casa, donde aprendimos entre flores y espinas.