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Alas de mariposa

 Cuando era mariposa y mi cuerpo se colaba entre las gritas de las rocas y me asomaba a la oscuridad donde reposaba de la intensidad de la luz. No tenia prisas por el tiempo.  Una semana o dos de vida sabían a eternidad .Con ojos conectados al viento,  la lluvia, el sol, la noche eran dos señales donde cabían  todas las variedades posibles de azul y rojo y aquella era la vida llena en pocos  colores. Una noche de invierno sentí mi poder de transformación y que venía de una crisálida colgada esperando su momento, Me acurruqué en mis alas para protegerlas del viento , mientras un pájaro revoloteaba ausente cualquier circunstancia. Quise volver a transformarme, confiando en que esta vez me convertiría en pájaro; me arranqué mis alas semi azules esperando que crecieran unas  escamadas y largas. Me caí al suelo, en el desplomo me envolvió la hoja de un helecho donde me acurruca del invierno. Nunca más volví a ser mariposa, ni tampoco pájaro.

El ovillo

  El ovillo dando vueltas dejando una huella deshilachada incapaz de encontrar su encaje. Las manos con callos sostienen el color azul. En el horizonte se respira verde mientras se ensanchan los pulmones con la siguiente bocanada del aire templado. En aquel silencio donde la oruga espera su momento de volar y el tiempo transcurre sin darse cuenta. Mis ojos se han agrietado de mirar en dirección al sol y la noche ha secado la piel. Me siento en el columpio que sostiene el árbol, levantando sus raíces para ayudarme a sostener mi peso. Mis pies se sueltan de la gravedad ante aquel vacío colorado de nubes. El susurro del aire me hace abrazar mi historia, de mis lágrimas sale el impuso para mecerme más fuerte; en aquel momento conozco de verdad aquello llamado libertad.

La lluvia dulce

  La lluvia en mis párpados y  una  telaraña de un mundo onírico se alojan en mi cuerpo.  La tristeza de dejar  atrás, cuando vivo sus colores en el presente coloreando con ellos un tapiz mágico Cierro mis ojos y te encuentro. Mis brazos se mueven nadando, como me habías enseñado. La tristeza dulce del final, es la que subraya la importancia de lo vivido. Esos días y su huella en un latido interno.  Cuando se acabe la alegría y el mundo grite, abrazaré la sal, te buscaré  en la profundidad del azul donde te mueves en un movimiento sereno.

Susurro del mar

 Susurra, susurra tan despacio que sólo el mar la puede oír. Cosquillea con el sonido de la arena mientras escudriña las piedras. En el silencio susurra al muro que forjó sus palabras en un aleteo triste; mientras mira al mar en el horizonte con el anhelo de otro lugar donde su voz sea escuchada y sus pasos puedan escoger otro camino fuera de la ciudad y su asfalto. Susurra en un  sueño de colores mientras se adormece con el humo de un vagón.  El pitido de la estación la despierta, viene hacia ella el recuerdo del mar y su anhelo de llegar al otro lado.  Inmigración